domingo, 3 de octubre de 2010

Síndrome de Diógenes y Acumulación Compulsiva

http://laordendeasimov.blogspot.com/2009/11/sindrome-de-diogenes-y-acumulacion.html



El síndrome de Diógenes es un desorden del comportamiento que normalmente afecta a personas de avanzada edad que viven solas, caracterizándose por el total abandono personal, social y el aislamiento voluntario en su propio hogar.



En los años 1960 se realizó el primer estudio de dicho patrón de conducta, bautizándolo en 1975 como síndrome de Diógenes, en referencia a Diógenes de Sinope, filósofo griego que adoptó y promulgó hasta el extremo los ideales de privación e independencia de las necesidades materiales (el cinismo).


 Síntomas



La persona que sufre de este desorden se caracteriza por su aislamiento social, llegando a recluirse en el propio hogar, además de desatender absolutamente la limpieza del mismo y toda higiene personal.


Debido a que creen encontrarse en una situación de pobreza extrema, no siendo a menudo el caso, tienden a intentar ahorrar lo máximo posible llegando a reunir grandes cantidades de dinero sin tener conciencia de lo que poseen realmente. También suelen acumular grandes cantidades de desperdicios y objetos sin ninguna utilidad en sus casas,por creer que pueden darles una utilidad en un futuro, lo cual les aboca a vivir en situaciones insalubres.


Pacientes


Tales comportamientos se suelen encontrar en personas de avanzada edad que se sienten solas, a menudo debido a la muerte de un cónyuge o familiar muy cercano. Además, factores como las penurias económicas pueden alentar este comportamiento, no siendo éste un factor clave pues se conocen casos en personas de alto nivel socioeconómico que lo padecen. En definitiva, es la soledad el principal factor que desencadena este trastorno.



Tratamiento



El tratamiento debe empezar por la detección de los casos de riesgo, el ingreso en un Hospital General o Unidad de Geriatría, y abordaje de los trastornos médicos. Se deben adoptar las medidas de protección social pertinentes, evitando el regreso del enfermo a sus condiciones previas de vida. En algunos casos es preciso tratar la patología psiquiátrica asociada (depresión, delirios crónicos). Si no es posible asegurar la convivencia o ubicar al paciente en una institución social, es preciso hacer un seguimiento crónico, visitas domiciliarias, y trabajo coordinado de los servicios sanitarios (médico, enfermera) y sociales (trabajador social).



Consejos a las Familias


Los familiares deberían vigilar a sus mayores que viven solos especialmente si han observado algún factor de riesgo, como un comportamiento huraño o un aislamiento voluntario. No obstante, con frecuencia resulta difícil ayudarlos ya que son ellos los que evitan todo tipo de atención. Esto hace que a veces llegue incluso a debatirse si se trata realmente de una enfermedad o sólo un estilo de vida.

Tal y como apunta la enciclopedia de patologías on-line Dmedicina El portal de salud del paciente el tratamiento para estas personas va dirigido a tratar las posibles complicaciones derivadas del mal estado nutricional e higiénico. Sin embargo, acto seguido es necesario instaurar medidas preventivas para que el cuadro no se repita. Para ello se necesita un apoyo social suficiente, a través de una institución geriátrica o de asistencia domiciliaria. El problema es que los propios afectados suelen rechazar la ayuda social. Si no están incapacitados por motivo de alguna patología psiquiátrica de base o una demencia, no pueden ser ingresados en una residencia sin su consentimiento, con lo que termina volviendo a su tipo de vida anterior.


Síntomas


Aislamiento social, reclusión en el propio hogar y abandono de la higiene son las principales pautas de conducta. Las personas que lo sufren pueden llegar a acumular grandes cantidades de basura en sus domicilios y vivir voluntariamente en condiciones de pobreza extrema. El anciano suele mostrar una absoluta negligencia en su autocuidado y en la limpieza del hogar. Suelen reunir grandes cantidades de dinero en su casa o en el banco sin tener conciencia de lo que poseen. Por el contrario, piensan que su situación es de pobreza extrema, lo que les induce a ahorrar y guardar artículos sin ninguna utilidad. Es frecuente que almacenen cantidades grandísimas de basura y desperdicios sin ninguna utilidad. Incluso se han visto casos de personas que atesoraban billetes antiguos sin curso legal, bombonas de butano o latas de pintura.


Tratamientos


En primera instancia, el tratamiento para estas personas va dirigido a tratar las posibles complicaciones derivadas del mal estado nutricional e higiénico. Sin embargo, acto seguido es necesario instaurar medidas preventivas para que el cuadro no vuelva a repetirse. Para ello se necesita un apoyo social suficiente, a través de una institución geriátrica o de asistencia domiciliaria. El problema es que los propios afectados suelen rechazar la ayuda social. Si no están incapacitados por motivo de alguna patología psiquiátrica de base o una demencia, no pueden ser ingresados en una residencia sin su consentimiento, con lo que termina volviendo a su tipo de vida anterior.



Otros datos


Quién lo padece, principalmente ancianos con cierta tendencia al aislamiento, aunque también intervienen otros factores estresantes de la edad tardía como las dificultades económicas o la muerte de un familiar, y sobre todo, la soledad. La posición socioeconómica no protege de su aparición, ya que se conocen casos de personas que padecían el síndrome que poseían títulos universitarios, con un alto nivel económico y carreras profesionales brillantes. Consejos a las familias: Los familiares deberían vigilar a sus mayores que viven solos especialmente si han observado algún factor de riesgo, como un comportamiento huraño o un aislamiento voluntario. No obstante, con frecuencia resulta difícil ayudarlos ya que son ellos los que evitan todo tipo de atención. Esto hace que a veces llegue incluso a debatirse si se trata realmente de una enfermedad o sólo un estilo de vida.





http://laordendeasimov.blogspot.com/2009/11/sindrome-de-diogenes-y-acumulacion.html

Diogenes de Sínope (en griego Διογένης ὁ Σινωπεύς Diogenes ho Sinopeus), también llamado Diógenes el Cínico, fue un filósofo griego perteneciente a la escuela cínica. Nació en (Sinope, ca. 412 a. C. – Corinto y murió en 323 a. C.) No legó a la posteridad ningún escrito; la fuente más completa de la que se dispone acerca de su vida es la extensa sección que su tocayo Diógenes Laercio le dedicó en su Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres.


Diógenes vivió como un vagabundo en las calles de Atenas, convirtiendo la pobreza extrema en una virtud. Se dice que vivía en una tinaja, en lugar de una casa, y que de día caminaba por las calles diciendo que “buscaba hombres” (honestos). Sus únicas pertenencias eran: un manto, un zurrón, un báculo y un cuenco (hasta que un día vio que un niño bebía el agua que recogía con sus manos y se desprendió de él).


Hay gente que acumula cosas inútiles, incluso sienten ansiedad ante la idea de tirar a la basura los desperdicios, hay dos patologías asociadas con esto, son muy parecidas y la gente tiende a confundirlas mucho.



Síndrome de Diógenes.

el caso mas común, es el de un individuo que se recluía en su casa, solo salía a comprar comida y no desechaba absolutamente nada… ¡ni si quiera sus propios excrementos! los cuales tenía meticulosamente guardados en frascos.



Este es el famoso Síndrome de Diógenes, el cual se caracteriza por un enorme descuido en la higiene personal, la salud y la limpieza de la casa. Son personas generalmente ancianas que viven solas y no tienen que ir a trabajar porque gozan de una pensión. Sus casas suelen despertar la atención de los vecinos por los malos olores provenientes de los desperdicios; en muchos casos las personas fallecen y los vecinos tienen que llamar a las autoridades por un penetrante olor a descomposición, es decir, mas hedor de lo normal.



Hay casos en los que estas personas se limitan a acumular toda la basura producida dentro de la casa; en otros casos por alguna extraña razón sienten que les hace falta “más” y se van a la calle a revisar los contenedores de basura, esto suelen hacerlo en horas de la noche.

Las casas de estas personas suelen estar extremadamente asquerosas y desordenadas, es común observar cucarachas, gusanos y ratas conviviendo con el dueño de la casa entre la basura. Los pacientes nunca se dan una ducha y lucen como mendigos aunque tengan mucho dinero.


Algunos suelen acumular también animales que recogen en las calles, los cuales viven hacinados entre la basura sufriendo terribles enfermedades. Lo peor es que cuando estos animales mueren, el cadáver queda dentro de la vivienda en pleno proceso de descomposición junto con la basura, los otros animales vivos y el dueño de la casa. Es un trastorno tan raro que muchas veces los vecinos piden ayuda a las autoridades porque no soportan el mal olor, pero la solución se limita a limpiar el lugar y al poco tiempo el paciente ya lo ha llenado de porquerías otra vez; no hay registros claros sobre esta enfermedad y no existe una legislación específica que solucione definitivamente el problema.

La mayoría de estos pacientes tienen claro que lo que hacen no es muy común, pero no sienten que sea un problema para ellos ni para los demás, y se molestan muchísimo cuando sus vecinos piden ayuda a las autoridades.

Los especialistas han señalado 5 rasgos de conducta para diagnosticar el síndrome, la presencia de 2 o más permite hablar de enfermedad, y si se tienen los 5 se trata de casos graves con riesgo de muerte.



Esos rasgos son los siguientes:


1- Aislamiento social con tendencia a reunir de situaciones de comunicación.

2- Reclusión voluntaria en el domicilio al que se aferran aunque se les ofrezcan alternativas más ventajosas.

3- descuido extremo de la higiene personal, la salud, así como la limpieza y el orden en el lugar.

4- Sentimiento de pobreza aunque se tenga dinero, esto se denomina “miseria senil”. Aparentemente este es el detonante que los impulsa a acumular todo tipo de porquerías.

5- Rechazo de ayuda exterior y tendencia a decir que no tienen problemas y que la casa esta limpia aunque las evidencias muestren lo contrario.





Síndrome de acumulación compulsiva.

Suele confundirse con el síndrome de Diógenes, aunque no es lo mismo, ya que las personas que padecen esto suelen acumular objetos inservibles por si acaso los llegan a necesitar en un futuro, pero no acumulan basura ni heces. Tratan de mantener estas cosas en orden pero cuando el volumen de objetos es muy grande, el desorden se apodera de la vivienda y sin querer comienzan a acumular basura. Estas personas están completamente conscientes que tienen un problema que les afecta pero sienten tanta ansiedad ante la idea de tirar a la basura alguno de esos objetos que prefiere seguir como está. Saben perfectamente que lo que hacen no es en lo absoluto normal, y por eso suelen ser personas poco sociales que no reciben visita en su casa bajo ningún concepto.


Al igual que el síndrome de Diógenes, sucede en personas ancianas aunque a veces puede presentarse en personas de 30 años que están pasando por una terrible depresión y que en ese momento se encuentran desempleados.




A diferencia del síndrome de Diógenes, los que padecen de acumulación compulsiva no descuidan su higiene personal ni su aspecto, por lo que cuando salen a la calle no llaman mucho la atención, solo son percibidos como personas poco sociables.


Ambos trastornos suelen confundirse mucho, y en algunos casos la acumulación compulsiva puede terminar en síndrome de Diógenes cuando la vivienda está atestada de objetos, se comienza a acumular la basura, y la persona comienza a descuidar su higiene personal.

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